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lunes, 13 de mayo de 2013

Encuentro con el autor de «Europa-Israel: una alianza contranatura»

por Anass El-Azhar Idrissi

En entrevista concedida al Círculo de Voluntarios, David Cronin expone las principales conclusiones de su estudio sobre las relaciones entre la Unión Europea e Israel. A pesar de las condenas públicas contra el desarrollo de la colonización, Israel es –de facto– miembro de la UE, como ya lo reconocía Javier Solana en 2009.



Anass El-Azhar Idrissi miembro del Círculo de Voluntarios: Hola señor Cronin. ¿Puede usted presentarse, para quienes no lo conocen?

David Cronin: Soy periodista, irlandés, vivo en Bruselas desde 1995 […] y me ocupo principalmente de la política europea. Escribí, en inglés, un libro sobre los vínculos entre la Unión Europea e Israel: Europe-Israël: Une alliance contre-nature. En este momento está a la venta en francés [1].

CdV: ¿Y sobre su carrera periodística?

David Cronin: He trabajado para muchos diarios diferentes. En los años 1990 fui corresponsal en Bruselas del semanario irlandés The Sunday Tribune. Después trabajé para European Voice, diario sobre la política europea, y más recientemente he escrito artículos para The Guardian, el Wall Street Journal Europe, la agencia Inter Press Service y actualmente soy redactor de The Electronic Intifada, un sitio web que trabaja sobre Palestina y el conflicto israelo-palestino.

CdV: Fundado por un periodista estadounidense.

David Cronin: Por un periodista palestino, Ali Abunimah. Es hijo de refugiados palestinos expulsados por los sionistas en los años 1940. Ali creció en Londres y aquí, en Bruselas, pera ahora vive en Chicago. Tiene la ciudadanía estadounidense.

CdV: ¿El apoyo de la Unión Europea a Israel se debe a su responsabilidad del pasado en el Holocausto o es un verdadero trabajo de cabildeo que se realiza dentro de las instituciones europeas?

David Cronin: Hay varias cuestiones importantes. No cabe dudas de que hay una culpabilidad de Europa en el Holocausto. Es una cuestión importante. Tenemos que hacer todo lo posible para evitar otro «Holocausto». Soy muy claro sobre esa cuestión. Pero también hay cabilderos sionistas, aquí en Bruselas e internacionalmente, que han decidido abusar del Holocausto y, sobre todo, utilizarlo para impedir casi cualquier crítica en contra de Israel. 

Puedo poner un ejemplo concreto: el 22 de enero hubo una ceremonia en el Parlamento Europeo, en Bruselas, para rendir homenaje a todas las víctimas del Holocausto. La organizaban dos grupos sionistas: el European Jewish Congress y elEuropean Friends of Israel. Cada vez que esos grupos hablan de Israel, lo que dicen es que la Unión Europea tiene que apoyarlo por su culpabilidad en el Holocausto. A esa ceremonia invitaron, por ejemplo, al presidente del Parlamento Europeo Martin Schulz. Este decidió, en efecto, abrazar el grupo de presión proisraelí o sionista en Bruselas, a pesar del apoyo de ese grupo de presión a los más recientes crímenes de guerra de Israel. Por ejemplo, en noviembre de 2012, Israel desató una ofensiva de 8 días contra Gaza y el grupo de cabildeo, aquí en Bruselas, apoyó esa operación al 100%. Dijeron que todo era culpa del Hamas. Eso, en realidad, es mentira pero el presidente del Parlamento Europeo decidió tragarse esa mentira en nombre de su alianza con el lobby sionista. Y a mí eso me parece asqueante… realmente asqueante que el lobby sionista haya decidido utilizar el holocausto y todos los sufrimientos de los judíos en Europa en su propaganda de respaldo a Israel y de apoyo a los crímenes de ese país.

CdV: Usted cita en su libro una frase de Benjamin Netanyahu en respuesta un diputado español que, durante su primer mandato como primer ministro israelí –en los años 1990–, le recordaba que la ocupación israelí sobre los territorios palestinos era ilegal. Netanyahu le contestó:«Ustedes, los europeos, sólo miran lo que sucede sobre la mesa. Si miraran debajo de la mesa verían que nosotros tenemos a los americanos [estadounidenses] agarrados por los cojones.» La pregunta es la siguiente: ¿Cuál es la correlación de fuerzas de Israel con Estados Unidos y viceversa?

David Cronin: Israel se cree dueño de la Unión Europea y de Estados Unidos. No he estudiado la cuestión profundamente pero me fijé hace poco en el tema cuando se habló del nuevo secretario de Defensa estadounidense, Chuck Hagel, que dijo uno a dos cosas un poco críticas sobre Israel. Hay gente que ve esa nominación como una gran derrota del lobby israelí sionista en Estados Unidos. En mi opinión, la situación es más sutil. Es posible que los israelíes no estén muy felices con la nominación del señor Hagel, pero durante la semana pasada el señor Hagel dijo muchas cosas para tranquilizarlos. 

Quisiera volver a tu pregunta sobre el poderío del lobby sionista en Estados Unidos. Existe ciertamente el lobby sionista y es muy poderoso. De eso pueden verse ejemplos concretos, como en el libro de Mearsheimet y Walt titulado El lobby proisraelí y la política exterior estadounidense, que muestra como el lobby sionista decidió destruir las carreras de varios congresistas que se atrevían a criticar a Israel. 

Pero existe también un lobby muy poderoso en Estados Unidos, que se llama el lobby del armamento… de la guerra. Podemos mencionar a Lockheed Martin, el fabricante estadounidense de armas, uno de los principales proveedores de las fuerzas armadas de Israel. Cuando Barack Obama y Estados Unidos deciden dar a Israel 3 000 millones de dólares anuales en ayuda militar, eso es también una subvención para Lockheed Martin.
Existe un debate realmente interesante que comenzó hace poco. Creo que fue David Petraeus, ex jefe de la CIA, quien dijo –no recuerdo las palabras exactas– que la alianza entre Estados Unidos e Israel es un problema diplomático para Estados Unidos. Es interesante observar que habla únicamente de la cuestión estratégica y no del aspecto moral o de los derechos humanos. Y hay que decir que no es esa realmente la prioridad de Estados Unidos. Esa es simplemente la verdad.

CdV: Daniel Cohn-Bendit, por ejemplo, dice a Catherine Ashton en el Parlamento Europeo que hay que dejar de «deplorar» la política de colonización de Israel y empezar a «condenarla». ¿Qué impide la actuación de la Unión Europea contra la colonización israelí?

David Cronin: Es difícil dar una respuesta clara a esa pregunta pero puedo tratar de hacerlo de todas maneras. Primeramente, tienes razón… De entrada, tengo que decir que no me agrada realmente Daniel Cohn-Bendit…

CdV: Lo mencioné más bien por el contenido de su intervención.

David Cronin: Lo entiendo, pero lo que quiero señalar es que estoy de acuerdo con su análisis en este caso en específico. Para hablar un poco sobre las relaciones económicas entre Israel y la Unión Europea hay que decir que [esas relaciones] se basan en acuerdos, en colaboraciones y asociaciones que entraron en vigor en el año 2000. El artículo 2 de ese acuerdo estipula que todas las preferencias comerciales que la Unión Europea concede a Israel tienen como condición el respeto de los derechos humanos. Ya estamos en 2013 y, en todo este tiempo, Israel ha cometido crímenes de guerra y violaciones de los derechos humanos. ¿Y qué ha hecho la Unión Europea? Nada. Nada de nada. Hay que preguntarse por qué la Unión Europea ha decidido no hacer nada.
Quizás podamos entender por qué la Unión Europea no ha hecho nada si estudiamos los grandes desafíos geoestratégicos y, sobre todo desde el 11 de septiembre de 2001, las guerras contra el terror de George Bush. Israel hizo un papel muy inteligente en todos esos «juegos». Después del 11 de septiembre de 2001, el gobierno israelí dijo que entendía el sufrimiento de los estadounidenses comparándolo con el suyo propio. La Unión Europea y Estados Unidos decidieron aceptar esa explicación. Si leemos el libro de Naomi Klein La estrategia del shock veremos cómo Israel decidió utilizar las guerras contra el terror para dedicarse a la industria de la vigilancia.
La Unión Europea también decidió seguir ese camino y dedicarle sus subvenciones en materia de investigación científica. Varios funcionarios europeos me han asegurado que, si la Unión Europea quiere desarrollar su industria tecnológica, está obligada a mantener muy buenos relaciones con Israel. En privado, esos funcionarios europeos han reconocido que en Israel no hay distinción posible entre la industria civil y la industria militar. A pesar de ello, la Comisión Europea afirma que todos esos proyectos de investigación son civiles, sin ningún aspecto militar. Cuando la Unión Europea decide subvencionar empresas como Elbit o Israel Aerospace Industries, que son los grandes fabricantes israelíes de armamento, está subvencionando la ocupación de Palestina.

CdV: Usted habla en su libro de las discusiones, en los círculos universitarios israelíes, sobre la adhesión de Israel a la Unión Europea. ¿Es seria esa idea? ¿Cómo la perciben los responsables europeos y la ciudadanía?

David Cronin: Varios universitarios han propuesto que Israel pueda convertirse en miembro de la Unión Europea. En mi opinión es poco probable. Pero, a pesar de no ser oficialmente miembro de la Unión Europea, lo cierto es que Israel está participando en muchos de los programas europeos.

CdV: Javier Solana lo había dicho…

David Cronin: ¡Exactamente! Javier Solana, el Alto Representante de la Unión Europea, declaró en 2009 que Israel es un socio clave para la Unión Europea y que es, en efecto, un Estado miembro de la UE, sin ser miembro de sus instituciones. Por un lado, la Unión Europea critica a Israel sobre, por ejemplo, la construcción de nuevas colonias en Cisjordania. Catherine Ashton hizo declaraciones razonablemente claras y fuertes en contra de esas construcciones. Pero al mismo tiempo, la propia Unión Europea decidió, en julio de 2012, mejorar sus relaciones con Israel. Se habla, por ejemplo, de cooperación en materia de policía. Se habla mucho de los temas comerciales. También se habla, creo, de la navegación, de transportes, de aviación.

CdV: Y el tema aeroespacial que usted menciona [en el libro].

David Cronin: Exactamente. Muchos de los temas importantes son de orden económico. Pero la misma semana que la Unión Europea decidió mejorar sus relaciones con Israel, Israel decidió por su parte que quería destruir varias propiedades palestinas al lado de Hebrón, en las colinas. Cada vez que Israel anuncia ese tipo de decisiones, la Unión Europea grita: «¡Oh, que escándalo! ¡Nos pronunciamos contra eso!». Pero si la Unión Europea está realmente en contra, ¿por qué sigue mejorando sus relaciones con Israel? Esa no es una política coherente y tenemos que preguntarnos el por qué. ¿Por qué la Unión Europea esa bonitos gesto en materia de derechos humanos pero no respeta su propia política? Naturalmente, el caso de Israel es muy interesante. Se puede ver la hipocresía de la Unión Europea en materia de derechos humanos cuando se estudian sus relaciones con Israel.

CdV: En 2012, se construyeron 6 676 nuevos alojamientos [israelíes] en Cisjordania. Hay que agregar a eso la constante judaización del este de Jerusalén y la amenaza de Mahmud Abbas de disolver la Autoridad Palestina. ¿Qué consecuencias tendrán esas decisiones?



David Cronin: Como ya dije, la Unión Europea es el mayor donante de la Autoridad Palestina. Y Catherine Ashton da constantemente la impresión de que la generosidad de los europeos es algo formidable. Pero nunca explica que el derecho internacional es muy claro. Según el derecho internacional, el financiamiento de las necesidades fundamentales de los pueblos ocupados es una obligación del ocupante. Sin embargo, es Europa la que financia la Autoridad Palestina. Cuando financia servicios en Cisjordania, por ejemplo, la Unión Europea está financiando la ocupación. Yo entiendo perfectamente que los palestinos tienen derecho a esos servicios, que tienen derecho a hospitales, escuelas, etc. Es importante financiarlos y nunca he pedido que la Unión Europea corte su ayuda. _ Lo que sí pido es honestidad. Que insista sobre todo en que Israel asuma su responsabilidad. Que la Unión Europea emprenda procesos jurídicos contra Israel cuando Israel destruye proyectos financiados por el contribuyente europeo. Hay que preguntarse por qué decidió la Unión Europea apoyar a individuos como Mahmud Abbas y Salam Fayyad, el primer ministro palestino. Salam Fayyad no es un primer ministro electo sino que fue nombrado porque fue funcionario del Fondo Monetario Internacional (FMI) y porque pertenece a la misma doctrina económica neoliberal que la Unión Europea, doctrina que [Salam Fayyad] sigue religiosamente. Si se miran, por ejemplo, todas las decisiones que la Unión Europea ha tomado sobre las situaciones económicas de Grecia, de Irlanda y de España vemos que todas responden a la doctrina neoliberal.
La Unión Europea ha decidió financiar también, en Cisjordania, una misión de seguridad que se llama COPPS. Su objetivo es desarrollar una fuerza de policía palestina para preparar a los palestinos para que asuman sus responsabilidades cuando la Autoridad se convierta en Estado. Extraoficialmente, la verdadera razón del financiamiento europeo a esa misión es desarrollar la cooperación entre los servicios de seguridad palestinos e israelíes. O sea, la Unión Europea decidió financiar el desarrollo de relaciones más profundas entre el ocupante y el ocupado. Se decidió que los palestinos pueden ser los gendarmes, los policías de su propia ocupación.

CdV: El ministro belga de Relaciones Exteriores, Didier Reynders, saludó la adhesión de Palestina como Estado observador en la ONU diciendo: «Ese voto constituye un avance significativo hacia la creación del Estado de Palestina que desean Bélgica y la comunidad internacional. Pero Bélgica estima que el verdadero avance se concretará cuando los palestinos dispongan en el terreno de un futuro Estado con sus instituciones, con el personal y equipamiento necesarios para su buen funcionamiento.» Y agregó: «Bélgica votó a favor del proyecto de resolución porque comparte plenamente el objetivo que se busca, que es una solución de dos Estados que vivan uno junto al otro en paz y seguridad, con un futuro Estado de Palestina que sea democrático, viable y duradero. La solución de los dos Estados es, en efecto, la única solución posible del conflicto israelo-palestino y deben realizarse todos los esfuerzos en ese sentido.» (Fuente BELGA.) Se plantean entonces dos interrogantes diferentes: ¿Es la idea de los dos Estados la única solución posible? En caso de respuesta afirmativa, ¿dentro de qué fronteras? ¿Qué democracia palestina quiere la Unión Europea cuando ya hemos visto su reacción ante la victoria [electoral] del Hamas?

David Cronin: En Palestina hubo una elección en 2006. La Unión Europea envió observadores. El jefe del equipo era un diputado europeo, Edward McMillan-Scott. Y él concluyó que aquella elección había sido libre y justa. Esa elección es un modelo para el mundo árabe. El Hamas se convirtió en el partido mayoritario con esa elección. Según la Unión Europea no se puede tolerar ese ejercicio democrático porque ella rechaza ese resultado. Y por eso decidió boicotear la administración que se había formado en los territorios ocupados. El periodista israelí Gedeón Levy ha dicho que, en su opinión, es la primera vez en la Historia que una administración de territorios ocupados es blanco de un boicot. Eso es un ejemplo de la hipocresía de los representantes europeos, que siempre están hablando de la importancia de los derechos humanos y de la democracia pero cuando no están de acuerdo con el resultado del ejercicio democrático, deciden anularlo. 

Sobre el tema de los dos Estados, en mi opinión, eso es un problema de los palestinos y yo, como irlandés, no puedo arreglarlo. Si me preguntas mi opinión personal, es demasiado tarde para hablar de dos Estados, ya no se puede pensar en un Estado palestino viable, sería mejor hablar de la solución de un solo Estado.

CdV: Pero el problema es el hecho que todos los responsables europeos nos hacer creer que no hay más que una sola solución: la separación. Nadie habla de un solo Estado.

David Cronin: Yo leí hace muy poco un artículo de una joven militante sudafricana. No recuerdo su nombre pero es una persona que militó en contra del apartheid en Sudáfrica. Y escribe que todo ese discurso sobre los dos Estados es en realidad similar que los discursos de la época del apartheid en Sudáfrica. Si la Unión Europea quiere que se mantenga una política de apartheid al estilo israelí, lo mejor que se puede hacer es la solución de los dos Estados. El ex consejero de Netanyahu ha dicho que la estrategia de Israel es controlar Cisjordania y confinar a los palestinos en muy pequeños territorios.

CdV: Eso se ve perfectamente en el mapa que se ha dado en llamar «el archipiélago de Cisjordania».

David Cronin: Así es. En 1948 hubo la naqba, la catástrofe en la que Israel expulsó a los palestinos. Quizás lo que quiere el señor Lieberman es expulsar a los palestinos que quedan pero la mayoría de los políticos israelíes ya entendieron que hay palestinos que no van a irse de Palestina y han decidido meterlos en un rinconcito de Cisjordania.

CdV: ¿Qué impacto tienen los artistas comprometidos, como Ken Loach, Roger Waters o Gilat Atzmon, por ejemplo?

David Cronin: En el caso de Gilat Atzmon, no sé porque no he leído sus libros. Pero tengo amigos que respeto y que me han dicho que Atzmon ha dicho cosas muy problemáticas. No sé si será un buen ejemplo. Pero sí lo son con toda seguridad Ken Loach, Rogers Waters y Elvis Costello, por ejemplo, quien ha decidido boicotear a Israel. He hablado con un hombre que trabaja para la campaña BDS contra Israel y me ha dicho que parece que hay jóvenes israelíes que están descontentos porque hay músicos «cools» que han decidido que no pueden organizar conciertos en Tel Aviv por causa del boicot contra Israel y que los únicos músicos que puede ver son los viejos como Elton John. Israel quiere dar la impresión de ser un país «normal». Para eso quiere utilizar la cultura y el arte. Cuando hay músicos que deciden no hacer conciertos en Tel Aviv, eso es algo que Israel no puede soportar. Es un verdadero insulto para Israel y para todos sus esfuerzos propagandísticos donde se proyecta la imagen de que Israel es un país muy liberal, muy cool y muysexy. En mi opinión, ese boicot cultural tiene mucha importancia. Como ya tengo bastante edad, me acuerdo de los años 1980, cuando hubo artistas –como Bruce Springsteen, por ejemplo– que decidieron no dar conciertos en Sudáfrica. Esa fue una de las razones que me llevaron a actuar en contra del apartheid en Sudáfrica. Me imagino que ahora es lo mismo.

CdV: Me gustaría volver al tema del «arresto ciudadano» que usted decidió hacer contra el ex ministro israelí de Relaciones Exteriores Avigdor Lieberman. Cuando entró para dar una conferencia de prensa, usted se levantó y le dijo: «Señor Lieberman, esto es un arresto ciudadano. Está usted acusado del crimen de apartheid. Sígame al puesto de policía más cercano.» Y después los agentes de seguridad lo expulsaron a usted de la sala mientras usted gritaba: «¡Free Palestine!»

David Cronin: En efecto, lo hice en dos ocasiones, en 2011 y también en 2012. Y las dos veces le dije al señor Lieberman que había decidido arrestarlo porque, en mi opinión, él ha cometido un delito de apartheid. La definición oficial de la ONU estipula que el apartheid se produce cuando una raza o un grupo étnico se pone en posición de predominio sobre otra raza o grupo étnico. En mi opinión no cabe duda de que eso se aplica a Israel y a Palestina. Israel ha decidido que los judíos israelíes tienen más derechos que los palestinos. Yo decidí hacer aquel arresto ciudadano, en primer lugar, para subrayar el hecho que Israel es un Estado que practica el apartheid y también para subrayar que Lieberman es culpable del endurecimiento de ese apartheid. La situación en Israel/Palestina ya era asqueante antes de la nominación del señor Lieberman como viceprimer ministro y ministro de Relaciones Exteriores, en 2010. Pero ha empeorado más durante los 3 pasados años. Y el partido del señor Lieberman, Israel Beytenu, ha enviado al parlamente israelí mucho leyes que endurecen el apartheid contra los palestinos. Por ejemplo, el señor Lieberman y sus camaradas decidieron cortar el financiamiento a las instituciones que organicen ceremonias para conmemorar la naqba, o sea la catástrofe. Lo que quieren Lieberman y sus camaradas es borrar la verdad sobre Israel y sus crímenes contra el pueblo palestino.

CdV: Por lo que ha visto en sus viajes a Israel y Palestina, ¿cómo es la vida cotidiana de esos dos pueblos y cómo se ven uno al otro?

David Cronin: En 2009 visité Gaza después de la operación Plomo Fundido y me quedé realmente deprimido con toda la destrucción que vi. Después de mi visita a Gaza pasé unos días en Tel Aviv porque tenía varios encuentros con diplomáticos. Y, naturalmente, cuando tenía algún momento libre me iba a la playa. No es mucha la distancia geográfica entre Tel Aviv y Gaza pero, sicológicamente, sí hay mucha. La gente que vive en Gaza y los que viven en Tel Aviv pueden ver el mismo Mar Mediterráneo. En Gaza, los pescadores palestinos son blancos para el ejército israelí. En Tel Aviv, la gente puede divertirse en la playa cuando quiere.
El problema más inquietante es que los israelíes no tienen la menor idea de cómo vive la población de Gaza. Con toda la propaganda israelí, cuando se habla de Gaza lo que dicen es: «¡Uuuuh! ¡El Hamas! ¡Las bombas!» Recuerdo que un sábado estaba yo dando un pequeño paseo por Tel Aviv. Y había varias damas, quizás también uno o dos hombres, que practicaban yoga y que recogían firmas para una petición de apoyo al movimiento Falun Gong en China. Hablé con una de aquellas mujeres y le dije: «¿Usted es de Israel? ¿Sabe usted que su gobierno ha decidido aplicar una política muy cruel contra los palestinos? ¿No cree usted que, como israelí, tiene usted más obligación de criticar a su propio gobierno que de criticar al gobierno chino?» Y aquella mujer me dijo que no estaba de acuerdo con la política de su propio gobierno pero que de todas maneras ella quería criticar al gobierno chino. 

Es interesante ver que la ocupación y todos los crímenes de Israel contra los palestinos son un tema tabú en Israel. Por ejemplo, durante las manifestaciones del verano de 2011 en Tel Aviv, los militantes criticaron mucho la política social y económica de Netanyahu. Pero no dijeron prácticamente nada sobre los temas que son más importantes para los israelíes y los palestinos, como la ocupación.

CdV: Una última pregunta. ¿Qué proyectos tiene en mente?

David Cronin: Estoy escribiendo un libro sobre el poder de las grandes empresas aquí, en Bruselas, y su cabildeo. Debe salir en junio. Aparte de eso, no tengo grandes proyectos. El año pasado lo dediqué a la investigación para ese libro, así que no tenía mucho tiempo que dedicar al blog sobre Palestina y sobre las relaciones entre la Unión Europea e Israel. No hay muchos periodistas que se ocupen de eso y cada vez que Catherine Ashton publica un comunicado sobre la construcción de nuevas viviendas [israelíes] en Cisjordania hay muchos periodistas que publican cosas, sin analizar la complicidad de la Unión Europea con los crímenes de Israel. Se ven muy pocos artículos de ese tipo en nuestros periódicos. Pero esa es la verdad sobre las relaciones entre nuestros gobiernos y nuestras instituciones con Israel.

domingo, 23 de enero de 2011

Entrevista con David Cronin. Su nuevo libro Europe’s Alliance with Israel: Aiding the Occupation

Cómo contribuye Europa a la ocupación de Palestina
por Sarah Irving*

En su nuevo libro Europe’s Alliance with Israel: Aiding the Occupation (La alianza de Europa con Israel: su contribución à la ocupación), el periodista David Cronin describe los pormenores de la relación del Estado de Israel con instituciones como la Unión Europea y la OTAN. Cronin nos revela así la mala fe de la Europa que dice ser una fuerza neutral favorable a los derechos más elementales del pueblo palestino. Veamos sus respuestas a las preguntas de Sarah Irving.

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El general Gabi Ashkenazi (al centro), durante una reunión en la sede de la OTAN.

Sarah Irving: Hasta ahora usted se había interesado en las instituciones y asuntos de Europa. ¿Por qué decidió escribir un libro sobre las relaciones de Europa con Israel y Palestina?

David Cronin: [1] Por dos razones. En primer lugar, como miembro de una «misión por la paz» europea estuve en Israel y en los territorios palestinos ocupados en 2001, poco después de los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos. Recuerdo en particular que asistí a una conferencia de prensa que (el ex primer ministro israelí) Ariel Sharon dio en el hotel Rey David en Jerusalén y el profundo disgusto que sentí ante su arrogancia y sus vitriólicas palabras.

Sharon empezó por dar la bienvenida a los presentes en lo que llamó –no recuerdo sus palabras exactas– algo así como «la eterna capital del pueblo judío desde hace 3 000 años», sin reconocer en lo más mínimo que se trataba también de la capital de las otras dos grandes religiones monoteístas del mundo. Dijo que se alegraba cada vez que un palestino moría haciéndose explotar con una bomba en un atentado suicida ya que así los palestinos se destruían a sí mismos. Aquello me escandalizó. Otra cosa me sorprendió enormemente. Sharon acusó a Europa de financiar «el terrorismo palestino».

Yo nunca había oído decir aquello. Era completamente nuevo para mí. Supongo que yo era entonces un poco crédulo al pensar que no hay humo sin fuego y al sacar de todo aquello la impresión de que la Unión Europea (UE) apoyaba a los palestinos. Chris Patten era por entonces el responsable de la Comisión de Relaciones Exteriores de Europa y presentaba muy hábilmente a Europa como «un honesto intermediario» insistiendo constantemente en que la UE hacía todo lo que podía por el progreso del «proceso de paz». Subrayaba que la UE era el mayor donante de la Autoridad Palestina y que ayudaba a desarrollar un Estado palestino embrionario. Yo acepté como ciertas muchas de esas afirmaciones.

El viraje se produjo para mí de forma completamente banal. Estaba asistiendo a una conferencia organizada por uno de los Comités de la ONU sobre Palestina en el Parlamento Europeo de Bruselas en 2007, y había una sesión sobre las relaciones de la UE con Israel. Por primera vez tuve entonces conciencia de la otra versión de los hechos y recibí información sólida sobre la profundidad de la complicidad entre la Unión Europea e Israel. Me impresionó el hecho de que hay muchos escritos sobre la relación de Estados Unidos con Israel pero no existe nada, exceptuando algunas publicaciones académicas, sobre la relación entre Europa e Israel. Así que pensé que si nadie escribía un libro sobre ese tema, tenía que hacerlo yo mismo.

Sarah Irving: ¿Cuál es, en su opinión, la poderosa «palanca» que puede explicar la actitud de Europa? En su libro usted identifica diferentes elementos: la culpabilidad por el Holocausto, intereses económicos, la influencia de Estados Unidos. ¿Cuáles son las principales influencias en ese rejuego de fuerzas capitalistas y políticas?

David Cronin: Es la combinación de varios factores. Henry Kissinger dijo una vez que la UE nunca sería un actor significativo en el Medio Oriente. Es indudable que Estados Unidos sigue siendo el principal actor de la política mundial, a pesar del ascenso de China, para la UE está lejos de no tener ningún poder. La Unión Europea es el principal socio comercial de Israel y es ella quien aporta la mayor ayuda a la Autoridad Palestina, lo cual le confiere un importante poder económico.

La asociación entre la Unión Europea e Israel se basa en el acuerdo que se hizo efectivo en 2000. El artículo 2 de ese acuerdo condiciona su aplicación al respeto de los derechos humanos. Los funcionarios europeos afirman que la cláusula de los derechos humanos no es obligatoria, pero hay especialistas que dicen que la propia UE la califica de «elemento esencial».

Legalmente, esa disposición es claramente de obligatorio cumplimiento y la Unión Europea tiene la obligación de invocar esa cláusula y de castigar a Israel, de ser necesario, cuando sobrepasa los límites. En mi opinión, el problema es la cobardía de nuestros políticos que carecen de voluntad política para enfrentarse al poder hegemónico de los estadounidenses o de los israelíes en materia de relaciones internacionales.

Israel ha desarrollado estrechas relaciones con la UE y con la OTAN. La misma estrategia se aplica en ambos casos, y a veces son las mismas personas quienes dirigen el proceso. Cuando era ministra de Relaciones Exteriores (de Israel), Tzipi Livni entendió que depender únicamente de Estados Unidos podía ser peligroso para Israel.

En noviembre de 2008 lograron acuerdos para mejorar las relaciones de Israel simultáneamente con la UE y con la OTAN. Gabi Ashkenazi, el jefe del ejército israelí, visitó varias veces la sede de la OTAN e Israel participó en ejercicio militares con la OTAN.

En julio de 2010, varios soldados israelíes murieron en un accidente de helicóptero en Rumania [2]. Los medios no hablaron mucho del asunto pero eso demuestra hasta qué punto está implicado Israel en los asuntos de la UE y de la OTAN.

Sarah Irving: Usted habla mucho en su libro del provecho que saca Israel de esa relación. Pero ¿qué provecho saca la Unión Europea?

David Cronin: Es una buena pregunta porque no está demostrado que esta relación tan estrecha con Israel resulte verdaderamente provechosa para la Unión Europea. Existe una escuela de pensamiento –con la que yo simpatizo– que defiende la idea de que la UE haría mejor en olvidarse de Israel y concentrar sus esfuerzos en mejorar sus relaciones con los Estados árabes. Pero los factores decisivos residen en las oportunidades comerciales y económicas.

En 2000, según la Agenda de Lisboa [3], la Unión Europea se había fijado como objetivo oficial convertirse en la economía más avanzada del mundo en el sector de la informática. Pero mientras que los europeos hablaban del asunto, los israelíes se dedicaron a hacerlo y lo lograron. Intel está preparando en Israel la próxima generación de semiconductores para computadoras. Gran cantidad de aplicaciones «atractivas» sobre Internet han sido desarrolladas en ese país.

Los israelíes dedican a la investigación tecnológica el 5% de su PIB, alrededor del doble que los estadounidenses. La Agenda de Lisboa había fijado como objetivo un 3% que no se alcanzó. El aspecto más importante de las relaciones entre la UE e Israel es por lo tanto la cooperación científica.

Los israelíes forman parte del Programa de Investigación Científica de la Unión Europea desde los años 1990. La semana pasada pude ver algunas cifras según las cuales los israelíes participan en 800 proyectos de investigación científica por un valor de 4 300 millones de euros entre 2007 y 2013.
La burocracia de la UE piensa que hay que mantener buenas relaciones con los israelíes debido a su superioridad tecnológica.

El problema es que buena parte de los logros tecnológicos de los que tanto se enorgullece Israel están estrechamente vinculados con la ocupación. Como señalo en mi libro, Elbit (la firma que fabrica los aviones sin piloto utilizados contra la población de Gaza) e Israel Aerospace Industries figuran entre los beneficiarios de las subvenciones de la Unión Europea destinadas a la investigación científica. Así que el contribuyente europeo está ayudando al desarrollo de la industria bélica israelí.

Sarah Irving: En la más reciente cumbre de la OTAN se anunció un nuevo programa de misiles de defensa, por vez primera en colaboración con Rusia, que supuestamente se manejaría desde los navíos estadounidenses basados en el Mediterráneo. ¿Qué implicaciones tiene eso para las relaciones entre Israel y la OTAN?

David Cronin: Muchas. Si se habla del ataque contra la flotilla (que transportaba ayuda para Gaza), legalmente fue un ataque contra Turquía.
El Mavi Marmara era un barco turco y Turquía, que es miembro de la OTAN, pidió que la ONU se reuniera con urgencia después del ataque [4].
Imagínese por un instante que se hubiese tratado de Corea del Norte. Se abría desencadenado el fuego del infierno. Pero fue Israel. Así que, aunque la OTAN condenó claramente el ataque, no hubo ninguna repercusión a largo plazo. Creo que Turquía ni siquiera puso fin a su propia colaboración militar con Israel y que incluso utilizó armas israelíes contra los kurdos en el norte de Irak.

En cuanto al nuevo concepto estratégico de la OTAN y su sistema de defensa antimisiles, se discute mucho sobre una participación de Israel. Yo sé que numerosos responsables de la OTAN han viajado a Israel y que ha habido entrevistas en la ciudad del aeropuerto, cerca de Tel Aviv, sobre la manera como Israel pudiera colaborar con ese proyecto. Israel ha desarrollado mucha tecnología de interés para la OTAN, como el sistema de intercepción de misiles bautizado Iron Dome. Así que se ve a los israelíes como expertos, se les consulta y es muy probable que desempeñen un activo papel en el nuevo sistema de defensa que tantas ansias despierta de parte de la OTAN [5].

Sarah Irving: Ciertos dirigentes, como Nicolas Sarkozy en Francia, hablan mucho del programa nuclear iraní pero nunca hablan del programa nuclear de Israel. ¿Da usted crédito a la «opción Sansón», teoría según la cual las naciones europeas están perfectamente conscientes de la amenaza que representan las armas nucleares israelíes que pudieran destruir cualquier capital europea casi sin advertencia? [6]

David Cronin: A veces hay que subrayar lo que es evidente, pero lo más importante y que la mayoría de los comentaristas desgraciadamente no ven es el prodigioso nivel de hipocresía que rodea este tema. Nosotros sabemos que Israel tiene un poderío nuclear realmente considerable y que nunca lo ha reconocido. A diferencia de Irán, Israel nunca ha firmado el Tratado de No Proliferación Nuclear y no acepta ninguna inspección de sus instalaciones, pero le estamos deciendo a los iraníes que no pueden desarrollar capacidades nucleares a sabiendas de que Israel ya las tiene.

El doble rasero es flagrante. En lo tocante a la «opción Sansón», yo pienso que es algo que los dirigentes europeos probablemente tienen en mente. No he estudiado el tema en profundidad, pero no rechazo esa teoría.

Sarah Irving: Investigadores como Daud Hamudi, de Stop the Wall, han expresado sus serias preocupaciones sobre las zonas industriales financiadas bajo la forma de «ayuda» por los países europeos. Hace años que las colonias israelíes utilizan la fuerza de trabajo palestina insuficientemente pagada para sus productos de exportación. Las zonas francas situadas en el sur de África o en América Central han sido a menudo lugares donde las condiciones de trabajo de los obreros eran espantosas y que resultaron además ser focos de ganancia de corta duración ya que algún país competidor lograba siempre reducir todavía más sus propios costos. ¿Es posible que en el futuro veamos eso en Palestina?

David Cronin: Hay que preguntarse por qué la Unión Europea pone tanto empeño en apoyar a Mahmud Abbas y a Salam Fayyad. La legitimidad democrática de ambos es prácticamente nula. El mandato de Abbas como presidente electo ya expiró. La Unión Europea se presenta como una instancia que apoya los principios democráticos y –con toda razón– exige que los países candidatos a ser miembros de la UE respeten ciertos parámetros. Pero cuando se trata de los territorios palestinos ocupados se olvida de todo eso. La Unión Europea ha decidido ignorar los resultados de la elección democrática del año 2006 porque los palestinos, en opinión de la Unión Europea y de Estados Unidos, «votaron mal».

El caso de Salam Fayyad es particularmente inquietante. Es un tipo que no es nada popular en su propio país, pero Occidente lo adora. Tenemos que preguntarnos por qué. Y la única respuesta que yo puedo encontrar es que [Fayyad] está completamente impregnado de la visión neoliberal reinante en Washington y en Bruselas. Trabajó en el Banco Mundial y en el FMI y, como subrayo en mi libro, su escrito «Hacia un Estado palestino» se parece mucho a los programas de ajuste estructural que el FMI impuso a la mayor parte de África en los años 1980 y que viene preparando para imponer ahora en mi propio país, Irlanda [7].

Aquí se está hablando de reducir los salarios de los funcionarios y los gastos en general, exceptuando –lo que resulta significativo– los gastos en materia de seguridad, y de convertir al sector privado en el motor del crecimiento. Así que es exacto el análisis que usted hace. La idea es convertir Palestina en un taller de miseria en beneficio de Israel.

Sarah Irving: Usted escribió en Electronic Intifada un artículo sobre la participación de la Unión Europea en el entrenamiento de las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina, que supuestamente se inscriben en la perspectiva de la construcción de un Estado palestino. ¿A qué se parece, en su opinión, la visión europea de un Estado palestino? ¿Estamos hablando de un Estado muy pequeño dotado de un férreo sistema de seguridad y de un régimen económico neoliberal?

David Cronin: Yo no emplearía aquí la palabra «visión». No estoy seguro de que la UE tenga una visión. La «solución de los dos Estados» es para la Unión Europea una especie de mantra, pero no creo que se hayan preguntado seriamente lo que eso significa. Los acuerdos de Oslo, con todos sus defectos, tenían por lo menos el mérito de hablar de Gaza y de Cisjordania como una sola entidad. Pero hoy en día viajar de un territorio a otro es casi imposible para un palestino e Israel controla una parte tan grande de Cisjordania que no es posible una aplicación viable de la solución de los dos Estados. Yo pienso que los representantes de la Unión Europea se esconden actualmente detrás de la retórica. No presentan ningún pensamiento estratégico a largo plazo que indique hacia donde quieren avanzar, aparte de fortalecer sus relaciones con Israel a expensas de los palestinos.

No podemos olvidar que la Unión Europea presenta la misión de policía COPPS (la misión de entrenamiento de la UE en Cisjordania) como la preparación de una fuerza policial con vistas a un Estado palestino independiente, pero esos policías no tienen ninguna autoridad para arrestar a los colonos israelíes y no tienen derecho a entrar en el sector C (la parte de Cisjordania donde, según los acuerdos de Oslo, Israel conserva la prerrogativa de imponer la ley y mantiene el control de las construcciones y proyectos).

Más del 60% de Cisjordania no se encuentra bajo la jurisdicción de esa fuerza de policía. Hay también muchas pruebas de que la UE cierra los ojos ante los abusos que comete la policía palestina. Existen pruebas de torturas recogidas por las organizaciones palestinas de derechos humanos y es por lo tanto bastante repugnante que la Unión Europea presente su acción como una amable ayuda a los palestinos.

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Colin Smith, comandante de EUPOL COOPS, y el general Hazem Atallah, comandante de la policía palestina, bajo el retrato del presidente de facto Mahmud Abbas

Sarah Irving: Uno de los problemas que tienen los libros es que pueden verse desactualizados según acaban de salir de la imprenta. ¿Hay nuevos hechos importantes que usted quisiera mencionar en las relaciones entre la Unión Europea e Israel?

David Cronin: Lo más importante es que en el otoño de 2010, Kathy Ashton, la responsable de la política exterior de la Unión Europea, recomendó que se promoviera a Israel a la categoría de «socio estratégico». Todavía no está claro lo que eso significa, pero parece que Israel sería considerado al mismo nivel que China o Estados Unidos en la escala de prioridades oficiales de la UE.

Ashton ha sido un desastre en materia de relaciones con Israel. Para ser honesto hay que decir que hizo algunas declaraciones fuertes sobre Jerusalén y la expansión de las colonias israelíes, y también sobre la pena de encarcelamiento contra (el militante de base) Abdulah Abu Rahmeh, lo cual sorprendió a cierta gente.

En cuanto a lo demás, ha tratado a los israelíes con guantes de seda. Ha estado varias veces en Gaza pero se ha negado a reunirse con el Hamas. Ha tratado de presentar las misiones como exclusivamente humanitarias y ha minimizado el alcance político de estas. Uno puede pensar lo que quiera del Hamas, pero el hecho es que ese movimiento ganó una elección que los propios observadores de la UE reconocieron en 2006 como libre y honesta.

Es inconcebible que Kathy Ashton viaje a algún lugar del mundo y se niegue a reunirse con los líderes políticos locales. Cuando estuvo en Jerusalén este verano, dio una conferencia de prensa conjunta con (el ministro israelí de Relaciones Exteriores Avigdor) Lieberman y el único prisionero por quien se interesó, al menos en público, fue por Gilad Shalit. Ignoró totalmente el hecho que Israel encarcela cada año a 700 niños palestinos, a menudo únicamente por haber lanzado piedras, y que esos niños sufren abusos en prisión. Pero, en su buen comportamiento, Kathy Ashton no parece interesada en los abusos a los que son sometidos los niños palestinos. Le parece más interesante lo que puede suceder con un soldado –quien debe, por supuesto, se tratado de forma humanitaria y liberado– pero que estaba siendo partícipe de una brutal ocupación militar.

Sarah Irving: Usted termina su libro diciendo que la UE ofrece oportunidades a quienes militan por la causa palestina. ¿Cuáles son en su opinión las tácticas más eficaces? ¿Valdría la pena dirigirse a los miembros del Parlamento Europeo?

David Cronin: Voy a contestar primero la segunda pregunta. Yo me oponía al Tratado de Lisboa, pero una de sus cosas buenas es que dio más poder al Parlamento Europeo, que –a pesar de todas sus imperfecciones– es una instancia electa a través del voto directo. Aunque en el libro yo no entro mucho en detalles, de las tres principales instituciones de la UE –el Consejo de Ministros, la Comisión y el Parlamento– el Parlamento ha sido la menos maleable. A pesar de presiones muy fuertes, la mayoría de los miembros del Parlamento Europeo apoyó el informe Goldstone sobre el ataque de 2008-2009 a Gaza.

Más recientemente, el Parlamento Europeo bloqueó un acuerdo técnico que debía facilitar la adecuación de los bienes industriales israelíes a las reglas de la Unión Europea mediante la armonización de las normas. Se trata de un tema aburrido y nada excitante, pero el Parlamento Europeo –o en todo caso uno de sus comités– planteó interrogantes desacostumbradas y retrasó la aprobación del acuerdo.

El Parlamento Europeo carece, sin dudas, de la capacidad de congelar todas las relaciones con Israel, pero sí puede complicarle la vida. Son en definitiva los ciudadanos de la Unión Europea quienes tienen que presionar a los miembros del Parlamento Europeo para obligarlos a resistirse al lobby israelí. Israel se dedica a un intenso cabildeo y existe una red de «amigos de Israel» que trasciende los partidos. Así que es importante que el Movimiento de Solidaridad con Palestina contrarreste a ese grupo de presión rico y secreto que trata de ejercer su influencia sobre instituciones fundamentales.

Para responder a la otra pregunta, y para decirlo muy simplemente y quizás hasta groseramente, la gente común no puede esperar que sus políticos y sus funcionarios tomen medidas contra Israel. Es por ello que, en mi opinión, hay que apoyar la campaña de boicot, de retiro de inversiones y de sanciones. Pero no debemos olvidar que se trata de un recurso táctico, no de una estrategia completa, y que hay que utilizar medios tácticos complementarios. Israel dedica mucho tiempo, energía y dinero a hacer creer que es «la única democracia del Medio Oriente», y el Movimiento de Solidaridad con Palestina tiene que movilizar todos sus recursos para contrarrestar esa campaña sesgada.

Sarah Irving

Escritora. En 2001-2002, trabajó con el Movimiento de Solidaridad en Cisjordania ocupada y con Olive Co-op para promover el comercio justo de los productos palestinos e hizo allí varias visitas de solidaridad en 2004-2006. Actualmente se dedica a tiempo completo a escribir sobre varios temas, entre los que se encuentra Palestina. Su primer libro, Gaza: Beneath the Bombs, en coautoría con Sharyn Lock, fue publicado en enero de 2010. Trabaja en este momento en una nueva edición de la guía de la Palestine Bradt y en una biografía de Leila Khaled.

[1] David Cronin, nacido en Dublín en 1971, es corresponsal de la agencia Inter Press Service en Bruselas. Primeramente cumplió esas mismas funciones en el diario irlandés The Sunday Tribune, después de haber trabajado como encargado de investigaciones y agregado de prensa ante el Parlamento Europeo. Entre 2001 y 2006 colaboró con European Voice, semanario del grupo The Economist.

[2] «Tsahal en Roumanie», Réseau Voltaire, 27 de julio de 2010.

[3] La Agenda de Lisboa o estrategia de Lisboa constituye el principal eje de la política económica y de desarrollo de la Unión Europea para el periodo 2000-2010.

[4] «Flotilla de la Libertad: el detalle que Netanyahu no conocía», por Thierry Meyssan, Réseau Voltaire, 6 de junio de 2010.

[5] «El escudo de la invencibilidad», por Nicolas Teneze, Réseau Voltaire, 19 de marzo de 2010.

[6] «Armas nucleares israelíes apuntan hacia Europa», Réseau Voltaire, 11 de marzo de 2010.

[7] «Program of the Salam Fayyad Government», Voltaire Network, 26 de agosto de 2009.

http://www.voltairenet.org/article168133.html

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