por Ghaleb Kandil, Pierre Khalaf
El príncipe Bandar ben Sultan, hombre fuerte en Arabia Saudita
La Resistencia defiende el Levante, contra la pandilla de Bandar, servidor de Israel
Por Ghaleb Kandil
El atentado terrorista perpetrado el jueves 15 de agosto de 2013 en la periferia sur de Beirut, que dejó 25 muertos y 335 heridos, todos civiles inocentes, lleva la firma de la alianza entre Israel, Estados Unidos y los takfiristas, y también de la pandilla de criminales dirigidos por Bandar ben Sultan en el Mashreq árabe.
El blanco de la explosión fue la gente común inmersa en sus ocupaciones y la acción se parece como una gota de agua a las masacres perpetradas por la aviación de Israel durante la agresión de julio de 2006, mientras que en el campo de batalla los miembros de la Resistencia infligían duras derrotas a las fuerzas terrestres israelíes.
El objetivo de este bárbaro crimen es quebrantar la voluntad de resistencia popular, o sea el mismo que tuvieron los ataques aéreos israelíes durante la guerra. La gente respondió rápidamente, reafirmando su apego a la Resistencia como opción nacional transcomunitaria en la que participan todas las regiones del Líbano. Las conmovedoras declaraciones de las familias de las víctimas, recogidas justo después del atentado, son la mejor prueba de lo anterior. Es lo que siempre ha sucedido, por cierto, desde la masacre de Bir el-Abed, perpetrada por la inteligencia estadounidense para tratar de quebrar la voluntad del pueblo que se rebeló contra el acuerdo del 17 de mayo de 1983. Pero el barrio sur resistió y echó abajo aquel acuerdo vergonzoso y humillante, allanando así el camino hacia la liberación del año 2000.
La agresión israelí contra el Líbano ha tomado una forma diferente, con la entrada en escena de las pandillas de Bandar. Arabia Saudita asume hoy el papel de dirección regional de la alianza americano-israelo-takfirista y Bandar es el jefe de operaciones de ese eje en Siria, Irak y Líbano. Así que el reino wahabita compró la decisión europea de incluir el Hezbollah en la lista de organizaciones terroristas, participa activamente en el financiamiento de las campañas políticas y mediáticas contra la Resistencia y alimenta los proyectos de discordia en Líbano y la agresión colonialista contra Siria. Las pandillas de Bandar desempeñan un papel esencial en las matanzas y el exterminio emprendidos con la esperanza de quebrar la resistencia de Siria y de su líder Bachar al-Assad.
El atentado terrorista fue condenado de forma unánime y el dedo acusador de los libaneses apuntó hacia Israel. Pero algunos han evitado subrayar la responsabilidad directa de las pandillas takfiristas, a las que dan cobertura en los planos securitario, político y mediático, para servir los intereses de Israel. Su herramienta preferida es la discordia.
Pero el despertar de la población y su sentido de la responsabilidad han evitado esa discordia. Esta ha fracasado en Líbano y en Siria a lo largo de los dos últimos años y ha sido enterrada en Egipto, porque la resistencia del Estado sirio ha puesto al descubierto el verdadero proyecto de hegemonía colonialista, que trata de desgastar las sociedades árabes para debilitarlas en beneficio de Israel.
La alianza entre la Resistencia libanesa, bajo la dirección de Hassan Nasrallah, y Siria ha sido una de las principales razones del fracaso de ese plan.
Esa alianza se ha visto confirmada nuevamente por Hassan Nasrallah, quien ha revelado que el presidente Assad le dijo, durante la guerra de 2006, que estaba dispuesto a declarar la guerra a Israel y que el ejército sirio estaba listo a participar en los combates.
Esa alianza se manifiesta hoy en día en la guerra que desarrollan conjuntamente contra los terroristas takfiristas en Siria, donde la intervención del Hezbollah ha tenido las siguientes consecuencias:
La consagración de la ecuación de la fuerza libanesa ante Israel, gracias a la cooperación y la coordinación entre la Resistencia y el ejército sirio. Damasco ha entregado al Hezbollah armas capaces de romper el equilibrio.
La Resistencia defiende el Levante, contra la pandilla de Bandar, servidor de Israel
Por Ghaleb Kandil
El atentado terrorista perpetrado el jueves 15 de agosto de 2013 en la periferia sur de Beirut, que dejó 25 muertos y 335 heridos, todos civiles inocentes, lleva la firma de la alianza entre Israel, Estados Unidos y los takfiristas, y también de la pandilla de criminales dirigidos por Bandar ben Sultan en el Mashreq árabe.
El blanco de la explosión fue la gente común inmersa en sus ocupaciones y la acción se parece como una gota de agua a las masacres perpetradas por la aviación de Israel durante la agresión de julio de 2006, mientras que en el campo de batalla los miembros de la Resistencia infligían duras derrotas a las fuerzas terrestres israelíes.
El objetivo de este bárbaro crimen es quebrantar la voluntad de resistencia popular, o sea el mismo que tuvieron los ataques aéreos israelíes durante la guerra. La gente respondió rápidamente, reafirmando su apego a la Resistencia como opción nacional transcomunitaria en la que participan todas las regiones del Líbano. Las conmovedoras declaraciones de las familias de las víctimas, recogidas justo después del atentado, son la mejor prueba de lo anterior. Es lo que siempre ha sucedido, por cierto, desde la masacre de Bir el-Abed, perpetrada por la inteligencia estadounidense para tratar de quebrar la voluntad del pueblo que se rebeló contra el acuerdo del 17 de mayo de 1983. Pero el barrio sur resistió y echó abajo aquel acuerdo vergonzoso y humillante, allanando así el camino hacia la liberación del año 2000.
La agresión israelí contra el Líbano ha tomado una forma diferente, con la entrada en escena de las pandillas de Bandar. Arabia Saudita asume hoy el papel de dirección regional de la alianza americano-israelo-takfirista y Bandar es el jefe de operaciones de ese eje en Siria, Irak y Líbano. Así que el reino wahabita compró la decisión europea de incluir el Hezbollah en la lista de organizaciones terroristas, participa activamente en el financiamiento de las campañas políticas y mediáticas contra la Resistencia y alimenta los proyectos de discordia en Líbano y la agresión colonialista contra Siria. Las pandillas de Bandar desempeñan un papel esencial en las matanzas y el exterminio emprendidos con la esperanza de quebrar la resistencia de Siria y de su líder Bachar al-Assad.
El atentado terrorista fue condenado de forma unánime y el dedo acusador de los libaneses apuntó hacia Israel. Pero algunos han evitado subrayar la responsabilidad directa de las pandillas takfiristas, a las que dan cobertura en los planos securitario, político y mediático, para servir los intereses de Israel. Su herramienta preferida es la discordia.
Pero el despertar de la población y su sentido de la responsabilidad han evitado esa discordia. Esta ha fracasado en Líbano y en Siria a lo largo de los dos últimos años y ha sido enterrada en Egipto, porque la resistencia del Estado sirio ha puesto al descubierto el verdadero proyecto de hegemonía colonialista, que trata de desgastar las sociedades árabes para debilitarlas en beneficio de Israel.
La alianza entre la Resistencia libanesa, bajo la dirección de Hassan Nasrallah, y Siria ha sido una de las principales razones del fracaso de ese plan.
Esa alianza se ha visto confirmada nuevamente por Hassan Nasrallah, quien ha revelado que el presidente Assad le dijo, durante la guerra de 2006, que estaba dispuesto a declarar la guerra a Israel y que el ejército sirio estaba listo a participar en los combates.
Esa alianza se manifiesta hoy en día en la guerra que desarrollan conjuntamente contra los terroristas takfiristas en Siria, donde la intervención del Hezbollah ha tenido las siguientes consecuencias:
La consagración de la ecuación de la fuerza libanesa ante Israel, gracias a la cooperación y la coordinación entre la Resistencia y el ejército sirio. Damasco ha entregado al Hezbollah armas capaces de romper el equilibrio.
La presencia del Hezbollah en Siria significa que el frente de cualquier nueva guerra se extenderá desde Naquoura, en Líbano, hasta las fronteras sirias y jordanas.
El Hezbollah ha introducido en Israel su experiencia en materia de guerrilla, lo cual constituye una importante contribución en el trabajo de restructuración del ejército sirio, ya emprendido por la dirección siria. Esa restructuración, que es una mezcla entre las técnicas de la guerra clásica y la guerra de guerrillas, es la razón del cambio estratégico en el terreno.
Después del atentado terrorista contra el barrio sur, Hassan Nasrallah ha prometido a la población una nueva victoria ante el proyecto criminal y destructivo. Esa promesa se basa en verdades solidas, en capacidades reales, en una voluntad inquebrantable y en un sólido respaldo popular.
Nasrallah habló como líder de una resistencia que lucha por liberar Palestina y los pueblos de la región de las bandas takfiristas. Estos últimos no son más que una herramienta de Occidente y de sus agentes regionales, principalmente Arabia Saudita, cuyo proyecto está condenado al fracaso.
Declaraciones y posicionamientos
Hassan Nasrallah, secretario general del Hezbollah
«Cada vez que el enemigo se ve imposibilitado de vencer a la Resistencia, arremete contra sus partidarios. El enemigo considera que ese es nuestro punto débil y es algo de lo que debemos estar orgullosos. Eso demuestra que existe una íntima relación entra la Resistencia y su pueblo. Eso no sucede con los combatientes que se importan del mundo entero.
El entendimiento de abril de 1996 logró imponer una nueva y eficaz ecuación para proteger a la población libanesa. Quien cometió el atentado de ayer quería la mayor cantidad posible de víctimas. La carga explosiva era de mucho más de 50 kilogramos. Mientras exista un grupo que se niegue a someterse a los dictados, tendrá que pagar el precio de su opción. Por supuesto, el Hezbollah no abandonará a las víctimas, como tampoco debe hacerlo el Estado.
Lo sucedido es un eslabón en la cadena de incidentes de seguridad en el país. En estos últimos meses han caído cohetes en regiones de la Bekaa. Grupos sirios han reivindicado los ataques. Así que se sabía quiénes eran los autores. No se necesitaban investigaciones para descubrir su identidad.
¿Cómo reaccionó el Hezbollah?
No recurrimos a reacciones instantáneas y saludamos la toma de conciencia de la población. En el momento del atentado de Bir el-Abed, hubo quienes acusaron al Hezbollah de haber cometido aquel atentado para voltear la mesa y cambiar el panorama en Líbano. Son los servicios de inteligencia de ustedes los que actúan de esa manera. Pero no hallarán ustedes a nadie que quiera a esta población más que el Hezbollah.
Por los datos disponibles nos dimos cuenta que Israel no era el autor. La segunda hipótesis es la de los grupos takfiristas que han declarado la guerra contra los chiitas desde los primeros días de la crisis en Siria. Pero esta hipótesis también nos pareció poco plausible. En cuanto a la tercera hipótesis, se habló de una tercera parte que trata de aprovechar la actual coyuntura para sembrar la discordia en el país.
Todos los indicios señalan que la explosión de ayer está relacionada con esos grupos takfiristas. Varios servicios libaneses de seguridad nos han informado que esos grupos están preparando gran cantidad de coches-bomba para hacerlos estallar el barrio sur.
Ahora tenemos que convertir en un gran objetivo nacional el impedir que se produzcan explosiones similares en otras regiones libanesas. Las explosiones no sólo tienen como objetivo el barrio sur de Beirut ni las regiones chiitas. Yo me dirijo a todos los responsables para decirles que el Líbano está al borde del abismo si prosiguen esas explosiones. Necesitamos la cooperación de todos, del Estado y de la población. Hay que actuar en dos direcciones:
Tomar medidas preventivas convencionales como las barreras, los registros. Todas esas medidas están lejos de ser suficientes para poner fin a los atentados y las explosiones.
La segunda dirección es descubrir, desmantelar, detener esos grupos y luchar contra ellos.
En el campo de la política, podemos proseguir nuestra lucha. Pero dejemos de lado los odios confesionales entre sunnitas y chiitas para no provocar una discordia (…) Los autores [del atentado] no son ni sunnitas, ni sirios, ni libaneses, ni arabes. Son criminales. Y han matado sunnitas y chiitas. En el atentado hubo un mártir palestino, hay heridos sirios. Los criminales que mataron a los hijos de la familia Jaafar y Amhaz son ahora conocidos con nombres y apellidos. Está prohibido matar a quienquiera que no sea responsable de ese crimen y toda reacción contraria provocaría un problema más complicado en la región Bekaa-Hermel.
En cuanto a los autores del atentado, yo les digo: Nosotros los conocemos muy bien y nuestro brazo acabará alcanzándolos. Es, por supuesto, el Estado quien debe hacerlo. Pero, donde fracasa el Estado, nosotros asumiremos nuestras responsabilidades. Ustedes, los grupos takfiristas, dicen defender al pueblo sirio. Pero ustedes son en primer lugar responsables del crimen que se está cometiendo contra ese mismo pueblo sirio. El Hezbollah no ha cometido masacres en Siria, como ustedes dicen.
A los asesinos, les digo: Sepan ustedes que los atentados contra nosotros no nos harán retroceder. Vean ustedes, imbéciles, nuestra experiencia de 30 años ante los israelíes. Si hoy desplegamos 1 000 combatientes en Siria, se convertirán en 2 000 como respuesta a los atentados. Si tenemos 5 000 combatientes en Siria, serán 10 000. Ustedes están golpeando donde no deben. Sepan que si la lucha contra esos terroristas exige que todos, yo y todo el Hezbollah, vayamos a Siria, lo haremos por Siria y por su pueblo, por Palestina y por su causa fundamental. Sepan ustedes que ustedes no pueden dar un giro a la guerra contra nosotros. Nosotros sí lo haremos. Sí, esa guerra será costosa. Pero será menos costosa que esperar a que los takfiristas lleguen a nuestras puertas para matar a nuestras familias y degollarnos como corderos.»
Michel Sleiman, presidente de la República Libanesa
«Líbano respeta estrictamente el principio de las relaciones privilegiadas con Siria prevista en el acuerdo de Taif, impidiendo que su territorio se transforme en zona tapón por la que transiten armas o combatientes hacia Siria o en asilo para los combatientes rebeldes. El acuerdo de Taif prevé que nosotros no violemos la seguridad de Siria y que Siria no viole la nuestra. La declaración de Baabda protege el Líbano y su unidad mientras que el compromiso del Líbano con una estrategia de defensa lo protege de Israel. Hay que manejar la ecuación ejército-pueblo-resistencia. ¿Y quién mejor que el Estado está habilitado para hacerlo?, a condición de que esa gestión no sea unilateral. En nombre de esa ecuación, pido a todas las partes que vuelvan a sí mismas y a la patria. Apoyemos al ejército, no lo traicionemos. No compliquemos su tarea multiplicando los grupos armados que actúan según su propia voluntad. El potencial nacional del ejército, del Estado, de la resistencia no pertenece a una facción o a una comunidad. Es propiedad de la patria y ella es quien debe decidir el uso que se hace de ese potencial nacional.»
Ali Abdel Karim, embajador de Siria en Líbano
«Las informaciones sobre el uso de armas químicas por parte del ejército sirio son una gran mentira. El adversario ha hecho lo mas que podía. Y la última oportunidad concedida a Bandar ben Sultan lo que busca es conservar un poco de influencia, limitar las pérdidas y mejorar las condiciones de negociación. Las herramientas de Bandar se limitan a la exacerbación de las tensiones sectarias en Siria, Irak y Líbano. Las vacilaciones en provocar una discordia sectaria en Líbano se deben principalmente al hecho que las pérdidas del adversario serían muy grandes. Las presiones sobre el Hezbollah no cesarán y nunca han cesado. El Hezbollah es para el eje de la Resistencia como la niña de sus ojos. Apuntar contra él es como apuntar contra Siria y viceversa. La decisión europea de incluir el Hezbollah en la lista de organizaciones terroristas tiene como objetivo privar gradualmente a la Resistencia de su legitimidad, con vistas a un ataque militar contra ella. Pero esa decisión perdió su valor desde el primer momento.»
Hechos
El ejército libanés rodea dos barrios en la región de Naamé y registra varias casas, reporta la Agencia Nacional de Información [libanesa] (ANI, oficial). La fuente agrega que los autos estacionados en los barrios de al-Zaatari y al-Mrah también son registrados. Dos días después del atentado de Roueiss, en el barrio sur de Beirut, las fuerzas de seguridad descubrieron, en la noche de viernes a sábado, un vehículo cargado con 250 kilogramos de explosivo en Naameh, en la región del Chouf. Según la ANI, hacía 3 días que el auto estaba parqueado en el estacionamiento de un inmueble cercano a la sede de la autoridad municipal de Naameh y fueron los residentes del edificio quienes señalaron su presencia a las autoridades. El vehículo, de marca Audi contenía 5 cajas de material explosivo, gran cantidad de nitrato (sustancia altamente inflamable) así como fusibles y detonadores. El explosivo estaba escondido en el maletero y en las puertas del auto, que al parecer era robado y tenía una placa de inmatriculación falsa.
Un equipo de 10 expertos de la ONU en armas químicas llegó el domingo [18 de agosto] a Damasco. Los investigadores, encabezados por el sueco Ake Sellstrom, se mantendrán en Siria 14 días, que podrán prolongarse previo consentimiento de las partes, según el acuerdo entre la ONU y el gobierno sirio. La ONU afirma que Damasco aceptó las modalidades que le propuso [la ONU] y que garantizan, según la organización internacional, la seguridad y eficacia de la misión. Los expertos investigarán, en este viaje, en 3 lugares donde se reportó el uso de armas químicas por una u otra de las partes en conflicto. Uno de los lugares es Khan al-Assal, cerca del norte de Alepo. Damasco afirma que los rebeldes utilizaron allí armas químicas el pasado 19 de marzo matando a 26 personas entre las que se encontraban 16 soldados sirios.
Las autoridades rusas estimaron el martes [13 de agosto] que la conferencia internacional sobre Siria no tendrá lugar probablemente antes del mes de octubre. La conferencia Ginebra 2, cuya celebración propusieron conjuntamente Rusia y Estados Unidos a principios de mayo [de 2013], debería reunir alrededor de una misma mesa representantes del gobierno de Bachar al-Assad y de la rebelión. El viceministro ruso de Relaciones Exteriores Guennadi Gatilov explicó que nuevas discusiones preparatorias, previstas para finales de agosto, así como la agenda diplomática internacional de septiembre no permitirían la realización [de Ginebra 2] antes de octubre.
«Es improbable que tenga lugar en septiembre debido a diferentes eventos, como la “semana ministerial” en la Asamblea General de la ONU», declaró el diplomático a la agencia de prensa Interfax. «Nosotros somos favorables a que se haga lo más pronto posible pero tenemos que ser realistas sobre las circunstancias que pueden conducir a esa reunión», agregó [Gatilov]. La semana pasada, los ministros estadounidenses y rusos de Relaciones Exteriores y de Defensa estuvieron de acuerdo en cuanto a la necesidad de reactivar esos esfuerzos diplomáticos, sin precisar por ello cómo piensan llevar a los beligerantes a la mesa de negociaciones.
El ministro [libanés] de Defensa, Fayez Ghosn, afirmó en un comunicado que los servicios de inteligencia militares identificaron al menos a 7 libaneses sospechosos de haber preparado «varios autos para hacerlos estallar en el barrio sur de Beirut y en otras regiones libanesas». El señor Ghosn precisó que ese grupo había preparado un primer atentado el 9 de julio en el barrio sur de Beirut, en Bir el-Abed. La inteligencia del ejército, que arrestó a un miembro de ese grupo, permitió identificar al cerebro de la red, Omar al-Atrache. El ejército identificó por otra parte a otros miembros, entre ellos varios sirios, que mataron a 3 soldados en un puesto de control en mayo, mataron a 3 chiitas en junio e hicieron estallar una bomba al paso de una patrulla del ejército [libanés] en julio.
El ministro Ghosn precisó que el ejército tenía «indicaciones precisas en cuanto a las partes que se hallan detrás de esas personas, su afiliación y su nacionalidad (…) Yo había hablado en el pasado de la penetración de la infiltración de elementos terroristas en Líbano (…) y eso se está comprobando hoy», agregó el ministro. «El Líbano comienza a caer en las garras del terrorismo y todo el mundo debe estar consciente de la gravedad de la situación», dijo.
El ministro [libanés] de Relaciones Exteriores, Adnan Mansour, presentó una denuncia contra Israel por haber violado la línea azul el 7 de agosto de 2013 e infiltrarse en territorio libanés a través de un campo de minas. «Eso constituye una violación flagrante de la resolución 1701, de la legislación internacional y de la Carta de la ONU, sin olvidar que esta violación amenaza la paz y la estabilidad internacionales», subrayó en la denuncia. El ministro Mansour dio instrucciones a la misión permanente libanesa en Nueva York para que entregue la denuncia al secretario general de la ONU Ban Ki-moon y a la presidencia del Consejo de Seguridad con vistas a que esta última la distribuya a los países miembros y la publique como documento oficial.
Revista de prensa
As-Safir (Diario libanés vinculado al 8 de Marzo)
Mohammad Ballout, París (14 de agosto de 2013)
Según fuentes concordantes, los obispos greco-ortodoxo de Alepo, José Yazigi, y siriaco-ortodoxo de la misma ciudad, Juan Ibrahim, fueron asesinados hacia finales de mayo, un mes después de haber sido secuestrados cerca de la gran metrópolis del norte de Siria. La información proviene de una investigación realizada por medios del Ejército Sirio Libre vinculados a la 9ª división, activa en esa región, y de informes recogidos por fuentes árabes de seguridad en contacto con los servicios de inteligencia turcos.
Según medios de la oposición siria, los secuestradores ejecutaron a uno de los obispos varios días después del secuestro y el segundo prelado fue asesinado en el mes de mayo.
La fuente árabe de seguridad afirma que hace 2 meses, durante una reunión con responsables de la inteligencia turca sobre el caso de los 9 rehenes libaneses detenidos en Siria, alguien preguntó sobre la suerte de los dos obispos. La breve respuesta del alto responsable fue: «Los mataron.»
El debate sobre la suerte de los dos prelados se exacerbó en las últimas horas de tal manera que el ministerio turco de Relaciones Exteriores se vio obligado a desmentir su presencia en Turquía. El desmentido se produjo después de una carta publicada la semana pasada por el patriarca siriaco en Damasco solicitando que todas las partes aclarasen sus posiciones sobre el caso de los dos obispos.
Todos los ojos están puestos en los servicios de inteligencia turcos debido al hecho que estos últimos nunca están lejos de todos los secuestros que se han producido a varios kilómetros del lugar de paso de libaneses, sirios y europeos de diferentes nacionalidades, secuestrados en territorio sirio [pero] no lejos de la frontera con Turquía.
Informaciones coincidentes indican que los dos obispos fueron secuestrados por el grupo «Partidarios del Califato», dirigido por Abu Omar el Kuwaití. Los secuestradores fueron 8 yihadistas chechenos. Los «Partidarios del Califato» cambiaron de nombre hace algún tiempo y adoptaron el de «Brigada del Islam». Abu Omar el Kuwaití dirige un grupo de Muhayirin (combatientes extranjeros) que se compone esencialmente de chechenos. [El propio Abou Omar] es de origen chiita (su padre se convirtió al sunnismo) y su verdadero nombre es Hussein Iari. Juró fidelidad a Mohammad Rifai, un veterano de la yihad en Afganistán que actualmente se encuentra en Londres, a quien considera como el califa de todos los musulmanes.
Al-Akhbar (Diario libanés cercano a la Resistencia)
Nasser Charara (14 de agosto de 2013)
En las últimas semanas se ha dicho repetidamente que la aplicación de la agenda del director de los servicios de inteligencia sauditas, Bandar ben Sultan, resulta costosa. Se ha dicho que la ejecución de las órdenes del príncipe equivale a una entrada, financiada, al club de la destrucción del Líbano. La incursión contra la periferia de [la ciudad siria de] Lataquia, planificada por Bandar para demostrar que todavía le quedan en la manga sorpresas con que recuperar la iniciativa militar contra el régimen sirio, ha arrojado el resultado contrario. La base social sunnita, por la cual él dice combatir, resultó ser la más afectada por esa ofensiva.
Durante las últimas horas, las catástrofes que han caracterizado la biografía de Bandar regresaron insistentemente a la memoria de los libaneses, a través de los contactos que altos responsables del 8 de Marzo han emprendido con varias personalidades políticas. Se les aconsejó que no se impliquen en la aventura de Bandar, quien ha confiado a Tammam Salam la misión de formar [en Líbano] un gobierno de facto.
Ese tipo de gobierno necesitaría dos tipos de firma. La firma constitucional que aporta el presidente de la República [Libanesa] Michel Sleiman y la firma política, por el diputado Walid Joumblatt.
En el seno del 8 de Marzo existe la impresión de que Sleiman firmaría el decreto de [formación de] ese tipo de gabinete. Pero reina la confusión sobre la actitud de Joumblatt, aunque hay tendencia a creer que el jefe del Partido Socialista Progresista daría una prueba de «sabiduría». El señor Joumblatt ha recibido cierta cantidad de mensajes que le aconsejan no embarcarse en la agenda de Bandar, sin importar las recompensas que le prometa este último. Esos mensajes se basan en el principio que el actual conflicto es indivisible. Los criterios deben ser claros durante la toma de las decisiones ya que «Qoussair es más grande que el Chouf y Aley juntos y sus senderos políticos son más escarpados y más peligrosos».
Hay que señalar que los mensajes van en varias direcciones. La incursión israelí y la respuesta de la Resistencia inauguran un nuevo tipo de mensaje candente en paralelo a los preparativos de la batalla de Alepo y a los preparativos del eje de la Resistencia para enfrentarla en el terreno y en el plano regional.
La respuesta al papel indirecto de Turquía en el caso de los rehenes de Aazas también forma parte de los mensajes candentes.
Pero, a pesar de los «consejos serios» impartidos a través de esos mensajes, la embajadora de Estados Unidos [en Líbano], Maura Conelly, declaró ante amigos libaneses que la decisión de la formación del gobierno ha sido tomada y que el humo blanco pronto saldrá del palacio de Beiteddine.
Dicho esto, no hay garantías de que el Parlamento abra sus puertas para conceder la confianza a un gabinete de ese tipo, partiendo del principio que toda sesión celebrada en ausencia de uno de los componentes esenciales del país no se ajusta al pacto nacional. Es exactamente el mismo argumento que invocó el 14 de Marzo en los últimos tiempos. En ese caso, Tammam Salam se instalaría en el Gran Serrallo ya que es poco probable que Najib Mikati se atreva a oponerse a la voluntad de Arabia Saudita. Pero los ministros no podrían ocupar sus ministerios. El Líbano se vería entonces ante dos gobiernos: un primer gobierno constitucional pero que no gozaría de la confianza del Parlamento y un segundo gobierno de carácter político.
Al-Joumhouria (Diario libanés cercano al 14 de Marzo)
Tarek Tarchichi (15 de agosto de 2013)
El Hezbollah tiene la impresión de estar siendo blanco de campañas y ataques tendientes a aislarlo, y quizás a destruirlo, para castigarlo por haber infligido derrotas a Israel en 2000, cuando liberó el sur del Líbano de la ocupación israelí, o por haberlo derrotado durante la guerra de 2006. En ese marco se inscriben su inclusión en la lista europea de organizaciones terroristas y los llamados a excluirlo de todo próximo gobierno en Líbano.
Partiendo de esos elementos, los conocedores del Hezbollah aseguran que el partido está enfrentando campañas que deben intensificarse en los días, semanas y meses próximos. El Hezbollah prevé que los países del Golfo se esfuercen por intensificar contra él la campaña local, regional e internacional. Estos [países] estarían incluso dispuestos a una «componenda secreta» con el régimen sirio a sus expensas. Pero la dirección del partido está convencida de que el poder de Damasco no lo abandonará, sobre todo después de la batalla de Qoussair, donde el Hezbollah participó activamente, con los resultados que ya conocemos.
A pesar de la campaña en su contra, el Hezbollah está decidido a participar en el próximo gobierno conforme al tamaño de la representación de las diferentes fuerzas en el Parlamento. Y rechaza los equipos ministeriales bajo apelaciones como «gabinete neutro» o «de facto» ya que estima que quienes reclaman su exclusión del gobierno en este periodo están participando en la campaña contra él.
Los conocedores del Hezbollah indican que el partido ha preparado escenarios para hacer frente a cualquier gobierno conformado por el presidente de la República y el primer ministro designado del que estén excluidos sus representantes. Según las mismas fuentes, el Hezbollah no aceptará un gabinete en el que la representación chiita no sea significativa, sea cual sea la competencia de los ministros que hayan sido nombrados. Si se trata de tecnócratas o de ministros sin partido, el Hezbollah y sus aliados les pedirán que dimitan de inmediato.
Si son miembros del 14 de Marzo es evidente que no dimitirán. El Hezbollah, el movimiento chiita Amal y sus aliados considerarán entonces que ese gobierno no corresponde al espíritu de entendimiento y del pacto nacional ya que los chiitas, y quizás otros ministros, no son representativos de sus comunidades. En ese caso será imposible para ese gobierno presentarse ante el Parlamento para obtener el voto de confianza. El Hezbollah y sus aliados utilizarán como pretexto precedentes de cuando la Cámara, bajo la presidencia de Nabih Berry, no pudo reunirse por no haberse respetado el pacto nacional.
A pesar de todo lo anterior, los elementos cercanos al Hezbollah no esperan un pronto nacimiento del gobierno, aunque tampoco lo excluyen totalmente.